UN SÍMBOLO DE PROGRESO.
Enrique Bande.
Puente del Milenio. Foto S. Lorenzo.
Hasta
hoy la ciudad de Orense, el "Auria Bella" coincidía con los
nombres de la Cuna de la Tierra de la Chispa, Atenas de Galicia,
Andalucía de Galicia, tierra de mecenas y ciudad de los puentes. Desde
hoy, sábado día 1 de septiembre de 2001, también la podemos llamar
"la ciudad del Puente del Milenio". Para cruzar el río Miño,
que discurre por nuestra ciudad entonando cantigas teñidas de espuma
blanca, enmudeciendo al pasar por Porto-Vello y por los Remedios para no
despertar el Niño que la Madre del Cielo tiene en sus brazos, los
ourensanos que todos los tiempos desde la mítica y legendaria Calpurnia
Abana utilizaron pasos, vados, barcas y puentes. De ellos tres merecen
consideración especial: el llamado romano, símbolo del Ourense
antiguo, medieval y moderno, el de hierro, símbolo del Ourense
contemporáneo, testigo de la ciudad de principìo de siglo, síntesis
del más bello estilo modernista, que destaca por su tracería airosa y
sencilla y que era hasta hoy el monumento ourensano contemporaneo de
mayor significado y el símbolo del progreso y de la expansión
urbanística de los siglos XIX y XX, el del Milenio que nos habla de la
post-modernidad, de vanguardias artísticas y de soluciones estéticas
atrevidas y creadoras.
El
Puente del Milenio, estoy seguro que será la encarnación de la
grandiosidad y la estética y el símbolo de la ciudad del porvenir,
"una ciudad que a partir de hoy nada le tiene que envidiar al
Orense antiguo, medieval o moderno".
Se
trata de un puente que es un ejemplo artístico de primera
categoría, emblema y orgullo de nuestra ciudad a la que le imprime
carácter, comunicándole una nota artística individual y distintiva
con este puente de Ourense del 2000 nada tiene que envidiar a las
legítimas glorias de Ourense antiguo. Está dentro del arte llamado de
los ingenieros por ser ellos quienes supieron armonizar los recursos de
la técnica, del arte y de la cultura actual, de la que es encarnación
y reflejo.
El Puente del Milenio
es obra del arquitecto Álvaro Varela quien acertó a conjugar y poner
en diálogo los aspectos funcionales (paso de vehículos) y los
estéticos (placer y disfrute visual). Es el orgullo de la arquitectura
pontina de nuestros días. Al par que contribuirá a descongestionar el
tráfico ourensano será un atractivo turístico desposado para siempre
con las tres cosas que hasta hoy nos identificaban a los ourensanos
dentro y fuera de Galicia. El Puente del Milenio, encarnación y suma de
soluciones técnicas y artísticas atrevidas, encierra un profundo
simbolismo y encierra un profundo lenguaje estético, en un símbolo y
en un signo de la ciudad de Ourense cara el futuro. Abundan quienes
quieren ver en el puente una "Gaviota con las alas desplegadas
sobre el río". Entraña toda una suma de soluciones atrevidas,
sobre todo, en la pasarela convertida en un mirador desde donde se
pueden admirar las bellezas paisajísticas del entorno de la ciudad.
Desde el puente puede verse, entre otras zonas, Reza, Quintela, Castro
de Beiro, Monte de las "Ladaiñas", Palmés, Cumbres de
Monterrey, La Farixa, El Couto, Castelo Ramiro y el Montealegre.
Es el lugar ideal que
tenemos los ouresanos para disfrutar del devenir constante de las aguas
del río Miño, que corren hacia el mar que es el morir, llevando
consigo en sus ondas las esencias del más puro ourensanismo. Es como un
espejo en donde se reflejan los adelantos de la ciencia y de la técnica
aplicados a la ingeniería moderna.
En el Puente del
Milenio se puede discutir la finalidad de la
pasarela, pero yo estoy seguro que con la barandilla que lleva de 1,7
metros de altura queda suficientemente protegida y resguardada para que
desde ella podamos leer con detenimiento los secretos de la ciencia, del
arte y descubrir estampas, paisajes y rincones inusitados de la ciudad y
de su entorno. Desde hoy la ciudad de Ourense cuenta con uno de los
símbolos y de los signos de la post-modernidad y del vanguardismo por
obra y gracia de la veta creativa del arquitecto Álvaro Varela.
Hasta hoy, el Puente
Romano formaba con las Burgas y el Santo Cristo una triada gloriosa que
nos identificaba como pueblo diferenciado dentro de Galicia y del Estado
español. Lo que no quiere decir es que somos orensanos antes que
gallegos y gallegos antes que españoles y que nuestra forma de ser
españoles es ser "gallegos y orensanos". Desde hoy esperamos
que el nuevo puente sobre el río Miño sea el signo y símbolo que siga
identificando a Ourense como la ciudad de los puentes.
Nota: el texto es de Enrique Bande y está
sacado del diario La Región del sábado 1 de setiembre de 2001, la
página 49. Las fotografías son todos propiedad del autor de la www
Secundino Lorenzo.
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