CORRUPCIÓN HIDROELÉCTRICA EN GALICIA

"Por un puñado de vatios"

Pedro Brufao

Pedro Brufao Curiel , catedrático E.U. Interino de Derecho Administrativo de la Universidad de Extremadura, analiza en este artículo la
"Corrupción hidroeléctrica en Galicia" y reclama a la Xunta que depure responsabilidades.



Las recientes noticias sobre las excelentes relaciones y abusos de ciertos cargos públicos de renombre y sus familias beneficiadas por el maná de las subvenciones y las licencias eléctricas han provocado un sinfín de debates y preguntas en la opinión pública.
Una de estas preguntas, puede que la principal, es la de la causa de esta situación. El ciudadano entiende que existen unas normas que rigen el destino de esos fondos y de los ríos gallegos destinadas a la protección de los bienes de dominio público desde el punto de vista ambiental y económico, incluso que esas normas derivan de unos principios consagrados al respeto del medio natural que obligan a los poderes públicos y a los particulares.
Si esto es así, ¿cómo se pervierte este sistema para, literalmente, regalar los ríos de todos a unos cuantos privilegiados?

La respuesta está al alcance de todos los interesados en el fenómeno de la corrupción: Porque el mismo encargado de velar por los ríos y los presupuestos públicos trabaja para que, de manera paralela al formalismo burocrático, los fines de la legislación se perviertan bajo la avaricia de dichos privilegiados a través de la contraorganización. Es decir, mientras que se instruyen los expedientes oportunos, el poderoso trabaja sin descanso para eliminar la objetividad y la imparcialidad en el ejercicio de sus funciones, como ha constatado AEMS-RIOS CON VIDA (www.riosconvida.org). De ahí a realizar expropiaciones sin justificación, a actuar por la vía de hecho levantando las presas sin permiso alguno, a arrasar las fincas
colindantes, a entubar ríos y fervenzas, a presentar mapas y proyectos falsos, a valorar a la baja los terrenos, a humillar y a acallar a los técnicos y científicos que trabajan con independencia y a tratar con soberbia a la ciudadanía sólo hay un paso, que se da con la mayor naturalidad, como el de convertir en "Justicia de papel" inútil las sentencias de incluso el Tribunal Supremo.

Hipócritamente, ante las noticias de la corrupción hidroeléctrica de A Coruña y de toda Galicia, se ha llegado a decir que todo lo que se hizo se hizo bien. Sin embargo el mismo Consello de Contas ha manifestado una y otra vez en sus Memorias que la Empresa Pública de Obras y Servicios Hidráulicos, dependiente de Aguas de Galicia, concedió 36 licencias de aprovechamiento hidroeléctrico en el periodo 1998-2001 "sin justificación", ya que no se había aprobado aún el Plan Hidrológico Galicia-Costa. Asimismo, el Consello de Contas cuestiona que el sistema de otorgamiento de concesiones de las minicentrales hidroeléctricas "no permitió disponer de una visión de su impacto global". Además, señala que el Ministerio de Medio Ambiente "ha alertado de que actualmente las minicentrales en los ríos se perfilan como una seria amenaza para la diversidad biológica".

Sobre este punto, también la Dirección General de Patrimonio Cultural advierte de la inexistencia de informes y trabajos de campo relativos al  impacto de las hidroeléctricas en los yacimientos arqueológicos. "No  contiene un estudio de integración paisajística que contemple los impactos de la instalación de la minicentral, ni un análisis de la viabilidad urbanística del proyecto", agrega. De las concesiones revisadas, el Consello de Contas denuncia que todas "salen adelante" sin que exista plena garantía de que las medidas correctoras propuestas "fueran efectivas" para asegurar su viabilidad ambiental a pesar de las incidencias que plantean. Asimismo,  el informe señala que el balance energético de Galicia "pone claramente de manifiesto" que se exporta gran cantidad de energía producida en la
Comunidad, "concretamente la generada por las minicentrales". Por ello, cuestiona su necesidad "desde el punto de vista energético". Todas estas  irregularidades se recogen en el informe de la Fundación Nueva Cultura del Agua www.unizar.es/fnca): "Aguas Limpias, Manos Limpias: Corrupción e irregularidades en la gestión del Agua en España", que se presentó en el Congreso de los Diputados hace dos años. ¿Cómo se puede entonces negar lo
evidente?

Esta contraorganización se apoya a su vez en la cercanía al poder y desde el
mismo poder, muy concentrado y opaco: en una misma Administración se reúne
la unión penosa de potestades sobre Industria, Aguas y Medio Ambiente,
versión burocrática del popular "yo me lo guiso, yo me lo como", por las cuales se bloquea toda iniciativa de transparencia y objetividad y el sistema inicial se pervierte de tal modo que la Xunta ha trabajado más por destruir el propio territorio gallego que por conservarlo y restaurarlo.

A todo ello, se le añade el que a algunos protagonistas de este fariseísmo político, administrativo y empresarial se les conoce más porque dicen que cumplen en su vida pública con principios morales y religiosos dignos de todo respeto y por defender la tierra en la que viven. Todo lo contrario, sin dar palos de ciego en operaciones inmobiliarias y eléctricas, se han enriquecido por destruir los bienes de la Creación y por arrasar los símbolos de Galicia, el país de los diez mil ríos, al tiempo que atacan la Constitución de la Nación, que dicen defender en múltiples foros, cuando mediante la figura de la "supramunicipalidad" marginan la vida municipal protegida por la Carta Magna y actúan a conciencia de modo arbitrario e
irresponsable parar vulnerar el Estado de Derecho. Al mismo tiempo, han aprendido a lucrarse y a amarse a sí mismos mientras insultaban y humillaban
al prójimo, traicionando la confianza otorgada por los ciudadanos.

Tras tantas muestras de vandalismo institucional, la sociedad gallega ha reaccionado legítimamente contra estos atilas con coche oficial. Algunos han
terminado ahora su viaje, derrotados en los Campos Cataláunicos y camino de
Roma, como Atila a las orillas del río Mincio ante León I, representado éste
por los miles de ciudadanos anónimos y la prensa libre que muestran el hartazgo de corrupción, prepotencia, egoísmo y financiación ilegal de partidos políticos. Es hora ya de que se depuren todas las responsabilidades legales y morales y de que la Xunta dé carpetazo a esta manera de hacer las cosas, revisando su política de concesiones y que el Parlamento de Galicia apruebe la Iniciativa Legislativa Popular de Defensa de los Ríos (www.ilprios.org), cancelando todos estos despropósitos llevados a cabo por un puñado de vatios.

 

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